Zona: Mar Mediterráneo
El Diplodus sargus sargus, más conocido como sargo común, pertenece a la familia de los espáridos, lo que lo hace familiar lejano del dorado. Su cuerpo es ovalado y aplanado y tiene espinas en la aleta dorsal y anal.
Su coloración es plateada azulada y puede variar si necesita camuflarse. A cada lado presenta de 8 a 12 franjas verticales oscuras y una más intensa en el pedúnculo caudal. Su nombre científico proviene de los 2 tipos de dientes que tienen (diplos y odous o diente doble): los incisivos, aplanados y filosos; y los molares que le sirven para triturar.
Los sargos se suelen encontrar tanto en la costa este del océano Atlántico, como en el Mar Mediterráneo y el Mar Cantábrico.
Los más jóvenes prefieren vivir cerca de la costa, se sitúan cerca de los arrecifes y los arenales del fondo. Por su parte, los adultos buscan zonas algo más profundas pero que no sobrepasen los 50 m. Esto es debido a que las áreas más iluminadas y oxigenadas les ofrecen mejores oportunidades alimenticias.
Los sargos pueden medir en su edad adulta desde 18 hasta 45 cm y pesar entre 300 gr a 2 kg
Estos peces se alimentan de crustáceos, moluscos, equinodermos y también de algunos anélidos. Aunque, también pueden ingerir mejillones, percebes y erizos de mar. Gracias a su alimentación suelen ser peces de muy buen sabor.
Los sargos son peces muy codiciados por quienes gustan del arte de la pesca, no solo por su sabor, sino por la destreza que se requiere para atraparlos. Las técnicas más utilizadas para pescarlos son surfcasting y la pesca a boya.
Gracias a la buena dentadura de estos peces es posible utilizar como cebos desde gambas, ermitaños y camarones hasta gusanos de rosca o coreanos. Lo importante es utilizar cebos variados para mejores resultados.
El período de reproducción de los sargos comienza a finales de abril hasta junio. Este pez deposita sus huevos en el agua y estos luego se adhieren a alguna superficie del fondo.
Los sargos son peces comestibles y su consumo se ha incrementado en los últimos años, gracias a su delicioso sabor y al alto contenido de Omega3 que contienen. Se pueden comprar en la mayoría de pescaderías y el precio oscila entre 20 a 25 € por kilo.