Zona: Mar Mediterráneo
Hoy en día existen miles de especies de peces en el mundo. Entre los más exóticos se encuentran los Gobiidae, una familia de peces con unas características muy particulares que te apasionarán.
Los gobios de Roulei son peces del género Gobius de la subfamilia Gobiinae (gobios verdaderos) de la familia Gobiidae del orden Gobiiformes del clan Percomorpha del orden Acanthopterygii. Es una especie carnívora que se camufla imitando el color y aspecto del fondo marino para atrapar a sus presas marinas.
Tiene una pigmentación de color claro con manchas negras en forma de franjas transversales a través de su cuerpo.
Una de sus características principales son las relaciones de simbiosis que crean con otros animales marinos. Este le proporciona seguridad de defensa mientras que el invertebrado del mar le proporciona alimento y en algunos casos resguardo.
Esta especie muy característica vive frente a la costa oriental del Mar Adriático, se encuentra en fondos arenosos, entre los 3 y 25 metros de profundidad evitando las zonas contaminadas. Además, se sienta bajo conchas de bivalvos, piedras planas en las aguas ibéricas del Mar Atlántico y en aguas españolas del Mar Mediterráneo.
Esta especie llega a una longitud máxima de 8 cm de largo y ancho, aunque normalmente se quedan en unos 4-5 centímetros.
Los Gobius de Roulei se alimentan de zoocplanton, fauna bentónica, incluyendo bivalvos, gasterópodos, poliquetos, pagúidos, mísidos, gammaridos y demás peces.
Para poder capturar este pez se deben de utilizar cebos vivos como rastreadores de la noche y gusanos e incluso puede ser apresado por las redes de pesca. Cabe destacar que reposan sobre el fondo del mar y cuando son molestados nadan unos metros y se vuelven a quedar quietos.
Estos peces particulares se reproducen en temporada primaveral, desde abril hasta agosto. Otra característica muy específica, es su comportamiento reproductivo el cual es llamado, patrón de gobio. Una hembra tiene entre 1.200 hasta 8.000 huevos, los cuales son distribuidos en nidos bajo piedras o conchas vacías de mejillones que son defendidos por el macho.
Los Gobius Roulei, aunque son comestibles por el ser humano, su captura puede llegar a ser muy complicada. Esto es debido a su capacidad para escabullirse de los cebos y pescas, dando como resultado que su comercialización en pescaderías no sea común.