Zona: Mar Mediterráneo
El cuerpo ovalado del Scophthalmus rombus es casi imperceptible en lecho marino, por lo que es capaz de despistar a un buzo desprevenido. El rombo es un pez plano de la familia escoftálmida. Y al igual que la mayoría de los peces planos, es un maestro del disfraz.
Su peculiar forma destaca por tener ambos ojos en la parte superior del cuerpo, por lo que suele confundirse erróneamente con el rodaballo. Su nombre científico deriva de la unión de varias palabras griegas: skopeó opthalamos y rhombos, cuyo significado aproximado es “rombo que mira a un solo lado”.
El hábitat natural de estos peces está distribuido a lo largo del Mares Negro y del Mediterráneo y en la región del Atlántico oriental, en una amplia zona distribuida entre Islandia y Marruecos.
Es posible encontrarlos en fondos arenosos y cuando se trata de ejemplares adultos, es común que se adentren en aguas profundas.
Por lo general, esta especie llega a medir un máximo de 75 centímetros. En cuanto al peso, dependiendo del tamaño puede oscilar entre 1 o 2 kilos como mínimo, hasta un máximo de 7.
Su comportamiento es solitario, por lo que no es frecuente observarlos en grupo, a menos que se esté desarrollando la temporada de apareamiento.
Se alimentan de otros peces más pequeños y moluscos diminutos. También consumen pequeños insectos que se encuentran en el lecho marino.
La carne de los rombos se considera un plato delicioso. Para atraparlo, los pescadores utilizan cebo artificial o carnada. La técnica usada para su pesca se denomina fundición de surf, aunque también es común la pesca de arrastre.
La reproducción de esta especie tiene lugar durante el invierno en aguas con un grado elevado de salinidad. Al desarrollarse, las larvas suelen ser de color amarillo.
Los ejemplares adultos alcanzan la madurez sexual entre los 3 y 4 años de edad. El macho fecunda los huevos que han sido previamente depositados por la hembra en el plancton. Una semana después tiene lugar la eclosión.
Como plato, los rombos son muy apreciados en la gastronomía andaluza. Es común consumirlo frito o a la brasa, aunque también puede prepararse en papillote. En otros países mediterráneos, como Italia, es popular el método de cocción a la sal, ideal para resaltar el sabor delicado de su carne.