Zona: Mar Mediterráneo
El Coryphoblennius, mejor conocido como galerita, es un pez que puede permanecer fuera del agua debajo de las algas o las rocas.
Pertenece a la familia de los blénidos y al orden de los Perciformes y es el único espécimen del género Coryphoblennius. Generalmente tiene crestas en la parte superior de la cabeza y flecos alrededor de sus fosas nasales.
Tiene un cuerpo alargado con coloración variable gracias a que puede adoptar el tono del fondo. No obstante, es muy frecuente que tenga una tonalidad grisácea o amarillenta. Cuenta con 7 franjas oscuras transversales, su boca es ancha y carece de tentáculos supraorbitarios.
Viven en aguas poco profundas y en las zonas rocosas. Se encuentran en el Mar Mediterráneo, desde el sur de las Islas Británicas hasta Guinea. También habitan en el Mar Negro, Canarias y Azores.
Son muy pequeños. Llegan a alcanzar un tamaño máximo de 9 cm y pesan menos de 1 kg. Su aleta dorsal larga es uno de sus rasgos distintivos, debido a que una muesca la divide con una forma desigual. Aunque los expertos aseguran que están siendo afectados por la contaminación, no hay una disminución considerable de su población.
Son omnívoros. Cuando son jóvenes, se alimentan de ostrácodos y copépodos. En su edad adulta tienen una dieta exclusiva de algas.
En las islas Azores su mayor depredador es el serrano imperial.
No cuentan con valor comercial en la pesca profesional, los pescadores suelen atraparlos para utilizarlos como carnada. El cebo más recomendado para su captura son los gusanos.
El período de apareamiento se lleva a cabo durante el mes de agosto. Los machos cambian de color y adquieren una tonalidad grisácea, sus labios y la cresta también cambian y adoptan un color amarillento. En el ritual de apareamiento, el macho utiliza movimientos rítmicos para atraer a la hembra al nido. Dicho nido es un agujero en la roca que el macho ha ventilado y limpiado con anticipación.
Las hembras ponen los huevos y los machos son los encargados de custodiarlos. Los huevos son demersales, se adhieren a la roca por medio de un pedestal filamentoso o un cojín adhesivo. Las larvas son planctónicas y se encuentran en zonas costeras o aguas de poca profundidad.
No tienen ningún interés gastronómico. Están considerados como un excelente cebo para especies carnívoras.