Zona: Mar Mediterráneo
El congrio o negrillo es un pez anguiliforme perteneciente al género Conger. Pero también es un maestro del camuflaje capaz de mimetizarse con su entorno para pasar desapercibido y así, asegurar su supervivencia.
Su aspecto es parecido al de una serpiente y una de sus características más llamativas es su larga boca con dientes puntiagudos. Su cuerpo, alargado y de forma casi cilíndrica, ostenta una piel brillante y lisa que carece de escamas.
El hábitat natural de estos peces se extiende desde el Océano Atlántico, hasta llegar a los mares Mediterráneo, Negro y Báltico. Suelen encontrarse en zonas costeras, en áreas de diez a cien metros de profundidad.
Por lo general, viven en cuevas rocosas y arrecifes coralinos. Son de hábitos nocturnos y cazan a sus presas en las proximidades de sus escondites.
Pueden llegar a medir de 1,5 a 3 metros de longitud y pesar hasta 50 o más kilogramos. Los machos tienen un tamaño menor al de las hembras. Por su forma, en ocasiones se confunde a los congrios con las brótolas de roca.
La dieta de estos peces es fundamentalmente carnívora y comprende pececillos, crustáceos y sepias.
La carne de congrio no solo es comestible, sino que es un plato muy apreciado. Para pescar, la mayoría de los buzos utiliza la pesca submarina con arpones, aunque también es frecuente el uso de diversos cebos, como la pota y las sardinas.
Es importante aclarar que el congrio es un pez realmente fuerte, capaz de forcejear contra cualquier pescador inexperto. Puede llegar a romper varios anzuelos y su mordida es extremadamente dolorosa, aunque no es letal.
La madurez sexual del congrio ocurre a partir de los 5 años de edad y tiene una única reproducción. Una vez que esta tiene lugar, la hembra pierde gran cantidad de calcio en el cuerpo y muere. En el desove, puede poner hasta 6 millones de huevos.
Un dato importante es que a diferencia de otros peces, los congrios no pueden criarse en cautividad, esencialmente porque el desove ocurre a casi mil metros de profundidad. Una vez que los huevos eclosionan, las crías se desarrollan rápidamente.
Son comestibles y muy apreciados en la gastronomía mediterránea. Se pueden consumen fritos, en caldillo, guisados o a la parrilla.